Restringida a un pequeño mercado durante años, actualmente esta innovación empieza a masificarse y promete dar lugar a innumerables aplicaciones en entretenimiento, educación, salud, arquitectura y turismo, entre muchos otros ámbitos.
Esta es la conclusión a la que ha llegado el Grupo Gartner, referente absoluto en materia de tecnología, al considerar que, en pocos años más, tanto la realidad virtual (VR) como la realidad aumentada (AR) y la realidad mixta (MR) dejarán de ser innovaciones emergentes para alcanzar su punto de inflexión. A través de un uso más extendido, la tecnología inmersiva provocará un profundo impacto en la sociedad, transformando la percepción que la gente tiene del universo digital y poniendo al descubierto todo su potencial.
Dicho de un modo muy simple, la tecnología de realidad inmersiva es aquella capaz de hacer sentir al usuario inmerso en una realidad total o parcialmente diferente de su entorno físico inmediato. La VR intenta transportar al consumidor a mundos completamente paralelos, suscitando múltiples sensaciones de manera simultánea. Por su parte, la AR busca incorporar información adicional al entorno del usuario, a través de elementos virtuales en 2D, 3D y también mediante sonidos. Por último, la MR constituye un punto de encuentro entre las dos anteriores, con el poder de provocar experiencias inmersivas aún más intensas.
Tal como ha ocurrido con un sinfín de innovaciones, la tecnología inmersiva ha suscitado el interés de gigantes de la talla de Google, Apple, Facebook y Samsung. De hecho, muy recientemente HP presentó sus nuevos lentes de VR, denominados HP Reverb G2, desarrollados en colaboración con Valve y Microsoft. Se trata de los anteojos inmersivos con la mayor resolución del mercado, ópticas de vanguardia, seguimiento de adentro hacia afuera, audio espacial en 3D, gestos naturales, comodidad duradera y soporte plug and play para Windows Mixed Reality y SteamVR.
Si bien es evidente que la mayor parte de estas especificaciones todavía resultan extrañas al usuario medio, los especialistas están convencidos de que el fenómeno de la inmersividad generará un cambio semejante al ocurrido en la década de los 90 con la masificación de Internet. Esta innovación permitirá llevar la información a un nuevo nivel, en el que su acceso, comprensión, comunicación e interacción se harán de un modo completamente inédito pero, curiosamente, no de forma disruptiva, sino en perfecta continuidad con las tecnologías actuales.
Ahora sólo resta esperar.