Concebido para centralizar, analizar y gestionar datos provenientes de fuentes heterogéneas, el Data Warehouse o Almacén de datos combina diferentes tecnologías con el fin último de optimizar la toma de decisiones en el seno de las empresas.
Con el nacimiento de la era digital y la producción masiva de datos, surgió la necesidad de crear herramientas tecnológicas que permitieran procesar enormes caudales de información para lograr una conducción más inteligente de los negocios. En este marco, una de las soluciones innovadoras más revolucionarias fue presentada por IBM y se denominó, precisamente, Data Warehouse. A fines de los 80, William H. Inmon lo definió como una “colección de datos, orientada a un tema, integrada, cambiante en el tiempo y no-volátil, utilizada en las estrategias de toma de decisiones”.
Ciertamente, esta recopilación de datos es temática debido a que el Data Warehouse se organiza por temas para facilitar el acceso a su información. Además, está integrada en el sentido de que posee una estructura consistente en donde todos los datos forman parte de un único ecosistema. Es histórica porque permite almacenar datos de distintos momentos o períodos de tiempo con la finalidad de realizar comparaciones con datos pasados y proyecciones hacia el futuro. Y por último, es no-volátil en cuanto a que la información que ofrece puede ser consultada, pero jamás alterada.
Así, un Data Warehouse brinda numerosas ventajas para las empresas:
A pesar de sus tres décadas de historia, un Data Warehouse sigue siendo, en esencia, un depósito de datos alimentado desde múltiples fuentes. Sin embargo, con el avance del Big Data, Cloud Computing y Business Intelligence, este recurso ha iniciado un proceso de profundas transformaciones para mejorar aún más el desempeño empresarial.
Evidentemente, el paso del dato a la estrategia será un factor cada vez más relevante.