De la ciudad al campo y de la industria al hogar, la proliferación de los sensores es un fenómeno que no reconoce fronteras ya que su capacidad de traducir hechos en parámetros permite desarrollar aplicaciones con un sinnúmero de beneficios.
Aunque la palabra sensorización es un anglicismo no registrado aún por la Real Academia Española, en castellano resulta difícil encontrar un vocablo que defina mejor la acción de registrar variables cuantificables a través del uso de sensores. Estos dispositivos están especialmente diseñados para detectar eventos –tanto naturales como humanos–, convertirlos en datos y transmitirlos a centros receptores para su posterior tratamiento, análisis y gestión. Así, la presión, temperatura, humedad, movimiento y muchos otros factores susceptibles de contener información valiosa, son recibidos y procesados, en ocasiones en tiempo real, ofreciendo múltiples ventajas en términos de productividad, seguridad, bienestar y sustentabilidad, de acuerdo a la finalidad con que se los emplee.
En los últimos años, el avance en la proliferación y miniaturización de los sensores ha provocado un progresivo surgimiento de aplicaciones destinadas al monitoreo y control de innumerables variables en sectores tan dispares como la medicina, el turismo, la agricultura y la domótica. La multiplicación exponencial de una nueva generación de sensores, cada vez más potentes y económicos, no sólo ha constituido uno de los mayores aportes de la tecnología de las comunicaciones a las actividades cotidianas, sino que su influencia parece destinada a cambiar el mundo actual. Sobre todo teniendo en cuenta que el desarrollo de la Sensorización se encuentra estrechamente vinculado a otras innovaciones de punta como la Inteligencia Artificial, Machine Learning, Internet de las cosas y Cloud Computing.
A modo de ejemplo, basta señalar que, en el ámbito empresarial, la Sensorización tiene el potencial de optimizar procesos, prevenir imponderables, reducir costos de mantenimiento y aumentar los índices de productividad. Incluso más, al proporcionar grandes volúmenes de datos para ser analizados de forma automatizada, la Sensorización puede suministrar a las empresas la información necesaria para tomar decisiones más ágiles y precisas, mejorando los niveles de control general, mitigando las incertidumbres del mercado y aprovechando mejor las oportunidades de negocio.
Sin duda, bajo el imperio de la Sensorización nace un nuevo mundo en donde el dato adquiere una relevancia creciente. Aquellas empresas e instituciones que estén mejor preparadas para recabarlos y administrarlos, serán, en definitiva, las más beneficiadas.