Cobots en alza; una apuesta disruptiva en los entornos de trabajo

Lejos de reemplazar el desempeño humano, esta tecnología está orientada a colaborar con él, asumiendo aquellas tareas que resultan peligrosas, extenuantes o repetitivas, y optimizando los índices de productividad hasta en un 85%.

La robótica tradicional nunca reunió las condiciones para masificarse en los ambientes de trabajo. Era grande, pesada, fija, costosa, difícil de programar y sumamente peligrosa para el ser humano. Creada en los años 50 e implementada desde los 70, esta tecnología permaneció recluida en las cadenas industriales de montaje, alejada de la circulación humana y desempeñado tareas muy limitadas. Aunque en su época constituyó un enorme progreso, en la actualidad tiene los días contados.

Con el inicio de la Industria 4.0, la robótica tradicional comenzó a experimentar un profundo proceso de reconfiguración, incorporando distintas tecnologías de punta como Inteligencia Artificial, Internet de las Cosas, Big Data y Realidad Virtual. Se la conoce como Cobot, por Collaborative Robotics, y si bien todavía tiene un largo camino por delante, sus logros ya son descollantes. Se estima que abarca un mercado de 710 millones de dólares y crecerá hasta superar los 12.303 millones en 2025, con una tasa de crecimiento anual del 50,31%.

Básicamente, un Cobot es un brazo robótico diseñado para interactuar con los seres humanos compartiendo acciones en un mismo espacio de trabajo. Mientras la persona aporta destreza, flexibilidad y capacidad de resolver imponderables, el robot colaborativo brinda fuerza, resistencia y precisión, asumiendo aquellas tareas repetitivas, extenuantes e incluso peligrosas. De formas y tamaños muy variables, los Cobots no requieren técnicos especializados para su montaje y se pueden emplear fácilmente en puntos aleatorios de una misma línea de producción.

Gracias a la aplicación de Machine Learning y dispositivos sensoriales, los Robots Colaborativos son cada vez más conscientes de su entorno, pueden aprender de su propia experiencia y entender qué hacer frente a un determinado contexto, sin recibir orden alguna. Con una autonomía creciente, son capaces de operar a velocidades normales cuando ningún ser humano está presente, desacelerar en caso de que alguien se acerque y restringir sus movimientos para evitar accidentes. Incluso más, pueden detener completamente su trabajo en caso de notar que alguien los golpea. 

Con una excelente relación costo-beneficio y perfilándose como uno de los pilares más fuertes de la Industria 4.0, el futuro de los Cobots resulta más que promisorio.