El mercado asegurador del automotor avanza en la incorporación de tecnología con el fin de conocer mejor a sus beneficiarios, ofrecerles un servicio acorde a sus necesidades y reducir significativamente las tarifas por conducción ejemplar.
Desde hace algunos años, las compañías de seguro comenzaron a implementar sistemas de scoring para determinar el perfil de riesgo de sus clientes. A partir de una serie de datos como marca, tipo, modelo del vehículo y usos asignados al mismo; edad, zona de residencia y estadísticas de siniestro del asegurado, fue posible empezar a brindar tarifas diferenciales. Cuanto más riesgoso fuera un perfil, más cara sería la tarifa de su cobertura.
La efectividad de este sistema fue tan contundente que pronto se impuso en todo el mundo, incluyendo la Argentina. Sin embargo, en la actualidad las compañías de seguro en los países más desarrollados han dado un paso más hacia delante gracias a la implementación del Big Data. Ofrecen al usuario instalar un dispositivo en el vehículo para conocer mejor su comportamiento frente al volante y diseñar un scoring no sólo a partir de datos meramente técnicos o formales, sino de tipo prácticos o experienciales. “Dime cómo manejas y te diré qué tan riesgoso es asegurarte”.
Básicamente, se trata de un GPS que registra, con una periodicidad de entre 1 y 5 segundos, todos los parámetros de conducción necesarios para trazar el perfil del usuario: frecuencia de uso del vehículo; lugares y trayectoria de desplazamiento; intensidad de aceleración y desaceleración; vector de giro y fuerzas G al doblar; día y hora de cada movimiento; recurrencia de hábitos; etcétera. Una vez recabados, almacenados y procesados, todos estos datos se convierten en información extremadamente valiosa para las compañías aseguradoras. El usuario es conocido con una objetividad inapelable, como ni siquiera él mismo sería capaz de describirse:
Con el sistema de scoring por Big Data, los conductores prudentes dejan de subsidiar a los negligentes y su tarifa puede tener descuentos de hasta un 50%. Esta tecnología promete masificarse pronto y, al asociarse a otras como el Internet de las cosas, hacer más segura la conducción del futuro.